XII ORIGEN E HISTORIA THE GRAN CANARY SURF LODGE

XII

ORIGEN E HISTORIA THE GRAN CANARY SURF LODGE

Origen e Historia The Gran Canary Surf Lodge era un libro poco voluminoso, de contadas páginas, encolado por el lomo, de tapas blandas y amarillentas, y envejecido por el tiempo. Bajo el título constaba una fecha, 1927, y un nombre que dejó a los cinco amigos atónitos: Agatha Christie.

—¿Agatha Christie, la escritora de novela policiaca? —Carla era la única que podía conocer detalles de la autora británica.

—¿Pero qué tiene ella que ver con Gran Canaria y con la logia? ¿Estuvo aquí?

—Pues ni idea, primera noticia. Pero fue una de las mejores escritoras sobre crímenes. Era inglesa. Hay alguna película de sus libros: Asesinato en el Orient Express es de hace poco.

—Sí, esa yo la he visto. Está guay.

—¿Este libro está escrito por Agatha Cristhie?

Apoyaron el libro sobre la mesa, con cierto temor y cuidado lo abrieron y empezaron su lectura. De entrada, les sorprendió que estuviera escrito en español. Rebuscaron por las primeras páginas para ver si se trataba de una traducción, pero no venían nada sobre un posible traductor, por lo que, probablemente, el texto estaba escrito en castellano directamente por la propia autora.

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The gran canary surfer lodge

Es posible que nadie conozca una de mis verdaderas pasiones: el surfing. Llevo decenios viajando por diferentes partes del mundo en busca de la empresa de la ola perfecta. En esta ocasión he llegado a las Islas Canarias con el objeto de encontrar, como algunos amigos me han recomendado, una playa de olas cerúleas y formas impecables para la práctica de mi pasión. Después de unas semanas en la isla de Tenerife, no he hallado ese lugar, por lo que he decidido trasladarme a la isla de Gran Canaria.

En calidad de turista he desembarcado en el Puerto de la Luz con mi secretaria y dos compañeras de amistad inquebrantable, la señorita Miss Dora Curtis y Miss Sarah Middlemore, ambas amigas íntimas y, como yo, entusiastas de las olas.

Tras varias jornadas de búsqueda por diferentes rincones de esta isla del Atlántico, en compañía del doctor Lucas Apolinario y un isleño moreno de cuerpo recio llamado Antonio Galán Cruzado, pescador y buen conocedor de los barrancos de la isla, recorrimos diversas playas ocultas por la orografía del terreno hasta hallar el lugar con el que soñábamos.

Sobre el terreno, a Miss Dora Curtis, a Sarah Middlemore y a mí se nos ocurrió la jugosa idea de crear una asociación de playas secretas alrededor del mundo, por lo que sin mucha discusión decidimos denominarla como el lugar en el que nos encontrábamos de la siguiente manera: The Gran Canary Surfer Lodge.

Era una de las playas más impecable que había visto a lo largo de mi vida y, sobre la arena tostada como una pinta de cerveza, echamos de menos no tener encima nuestras tablas de surf. Llegar a ese lugar mágico no resultó nada fácil, y si no llega a ser por Antonio Galán, conocedor de los lugares más recónditos de la ínsula, jamás lo hubiésemos encontrado.

En cuanto a las cuestiones topográficas de ubicación, necesitamos la ayuda del doctor Apolinario que, con su sapiencia científica, nos señaló, auxiliado con un mapa y una brújula, la latitud y la longitud geográfica. Estos datos, que fueron anotados en un cuaderno de trabajo de campo, debían quedar en el más completo y riguroso secreto. Y solamente los miembros de nuestra logia sabrán, si son merecedores de tal reconocimiento, la referencia exacta.

Una advertencia sí es necesaria para los exploradores de nuestra asociación. Una vez hallado el punto de partida hacia la playa se debe transitar una peligrosa gruta volcánica, hay que tener sumo cuidado durante el recorrido.

Yo, Agatha Mary Clarissa Christie, he sido nombrada por mí misma y mis socias, Miss Dora Curtis y Miss Sarah Middlemore, como la primera presidente de The Gran Canary Surfer Lodge.

Que la respiración del surf sea con nosotras.

Las Palmas, septiembre, 1927.

* * *

anexo i

Debido a los continuos viajes, tanto por mis obligaciones como escritora como por las habituales desapariciones durante largas temporadas, que la gente del vulgo se empeña en calificar como depresiones, y que no podrían estar más alejadas de la realidad, ya que son la única forma de seguir con la búsqueda de playas secretas, he decidido dejar el cargo de presidente de la asociación y cederlo a mi ilustre y surfista amiga Miss Dora Curtis, que representará, sin duda, mucho mejor que yo, las responsabilidades de la institución, aun así y como ofrecimiento de la señorita Curtis, ostentaré el cargo de presidente honorífica.

A partir de este momento, será ella la encargada de dirigir The Gran Canary Surfer Lodge y de asumir los compromisos del cargo.

Que la respiración del surf sea con nosotras.

Agatha Christie,
Las Palmas, febrero, 1928.

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anexo ii

Un nuevo y desagradable acontecimiento hace que la presidencia de nuestra asociación cambie de manos.

La muerte de Miss Dora Curtis en extrañas circunstancias, que evidentemente deben ser investigadas, deviene que el cargo de presidente recaiga en las manos de Miss Sarah Middlemore desde este mismo momento.

Dudo de forma mayúscula que las autoridades policiales de esta isla sean capaces de aclarar la muerte de nuestra compañera y presidente de la logia. Su cuerpo, hallado entre las rocas de la orilla, muy cerca del principio de la gruta volcánica que lleva a nuestra playa secreta, y que gracias a Dios no ha sido inspeccionada por las fuerzas policiales, llevaba un traje de baño, una media apretada en su puño y un fuerte golpe en la cabeza.

La autopsia del cadáver determinará el motivo de su muerte. Queda la incógnita de si se produjo por un hecho fortuito en una caída o ha sido un acto criminal. Si fuese así, ¿quién querría matar a Dora Curtis?

Junto a su cadáver no apareció ninguna tabla de surf.

Sarah Middlemore, consternada por el suceso y pese a su primera intención de declinar el ofrecimiento, ha aceptado el cargo de presidente.

Que la respiración del surf sea con nosotras.

Agatha Christie,
Las Palmas, septiembre, 1930.

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anexo ii (2ª disposición)

No me atrevo a discernir de qué forma Miss Sarah Middlemore ha obtenido el cráneo de nuestra compañera Dora Curtis, pero así ha sido y me comenta que lo tiene en su poder gracias a favores personales de ciertas personalidades con autoridad en la ínsula.

Ha creído conveniente que, como símbolo de honor y compromiso a la Gran Canary Surfer Lodge, que la mejor manera de reconocer la encomiable labor de la señorita Curtis sea grabando en cada una de sus sienes el código de la playa con la latitud y la longitud.

 A mí, personalmente, me ha parecido un disparate y una auténtica locura, y así se lo he hecho saber. Al conocer mi actitud y sin más palabras me ha comentado que le ha dado un digno entierro a los restos de Dora Curtis.

En ocasiones pienso en si ella ha tenido algo que ver con su muerte, pero aunque en mis novelas encuentro la clave del misterio con bastante facilidad, en la vida real no soy tan astuta.

Que la respiración del surf sea con nosotras.

Agatha Christie,
Las Palmas, diciembre, 1930.

* * *

anexo iii

Durante treinta años Miss Sarah Middlemore ha gestionado la dirección de la asociación de forma impecable. Ha sabido mantener en secreto la ubicación de la playa. Los miembros de la logia, cuyo número ha aumentado de manera prudencial, han mantenido el sigilo necesario para no caer en las garras del descubrimiento o la traición. En todas mis visitas de incógnito a la isla, hemos gozado de las olas más impresionantes que alguien pueda haber vivido, con la soledad del surfista y la compañía del sencillo amigo. Los días de mar perfecto aquí se multiplican de forma indecible. Las tardes de bajamar nos han regalado los mejores tubos de luminosidad inigualable. Las noches vividas en la playa nos han dado infinidad de palabras que he compartido en algunos de mis libros.

La creación The Gran Canary Surfer Lodge ha sido todo un éxito y espero que siga así durante muchos años, pero intuimos que la situación empieza a cambiar. Nosotras envejecemos y el tiempo se posa en nuestra piel como el siroco —así lo llaman aquí— del aire sahariano.

Miss Sarah Middlemore hace ya algún tiempo que anda con la idea de abandonar la presidencia. Ha dedicado su vida entera al cuidado y desarrollo de la logia. De hecho, estableció la isla como su primera residencia y, junto al Club Británico, nos hemos deleitado con juegos, conciertos y amoríos.

Hemos pensado que ha llegado el momento de pasar el testigo de nuestra logia a otro presidente. Nos hizo gracia pensar que hasta ahora y en todos estos años, solo haya habido mujeres gobernando la asociación.

Entre los miembros actuales hay un joven australiano de carácter humilde y corazón aventurero que podrá convertirse en nuestro próximo presidente. Su nombre es Peter Troy.

Finalmente, hemos comunicado a Mr. Troy nuestra intención de nombrarlo presidente y con gran alborozo ha aceptado nuestra propuesta. Por lo tanto, a partir de este mismo instante pasa a ocupar el cargo de presidente de The Gran Canary Surfer Lodge.

Que la respiración del surf sea con nosotras.

Agatha Christie,
Las Palmas, abril, 1966.

* * *

anexo iv

Mi nombre es Peter Troy y hace ahora treinta y dos años que la presidente honorífica de The Gran Canary Surf Lodge falleció. Poco antes de su muerte me explicó que debía continuar con este libro y que así lo hicieran los siguientes miembros que ocuparan el cargo de presidencia.

Escribir en el mismo libro que lo hizo la gran autora Agatha Christie es un sacrilegio. Está claro que mis palabras no alcanzarán nunca el nivel antes conseguido.

Yo no he sabido llevar con tanta eficacia como mis predecesoras la asociación, pero siempre he intentado que esto funcione lo mejor posible. Lo mío es el surf y ya está. Ha llegado el momento de dejar la dirección y entre los miembros más destacados considero que un surfista canario que llamado Masito es la mejor opción para ocupar el puesto.

Lo conozco bien poco y aún no he podido ir con él a la playa secreta, espero poder hacerlo pronto, pero antes lo estoy haciendo sufrir inventándome pruebas que debe superar para llegar a la playa secreta. Demuestra un carácter propicio para el cargo. Es un hombre que siente el surf con toda su alma, con eso a mí me basta.

Por este motivo, he tomado la decisión de que, a partir de ahora Máximo Sosa, Masito, se convierta en el presidente de la logia. Además, es una recompensa histórica; será el primer canario en ser presidente.

Que la respiración del surf sea con nosotros.

Peter Troy,
Las Palmas, septiembre, 2008.


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