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Querido lector, hace mucho que no me dirijo a ti y no es por olvido, pues bien es sabido que si he escrito este manuscritomanuscrito Texto escrito a mano, especialmente el que tiene algún valor o antigüedad. Período histórico pasado muy alejado de la actualidad. es para que tú lo leas. Presta especial atención a esta parte, pues aquí encontrarás las respuestas a todas tus preguntas.

 —Has sido un buen peregrino, Jacinto, pero no voy a volver a cometer el mismo error. A partir de ahora, seré yo el que abra y cierre los portales, y vosotros no podréis seguir en este mundo. Hoy mismo tenéis que partir.

—A todos nos toca nuestro momento —dije con un poco de resignación y bastante indiferencia—. Pero no hay nadie más —le aseguré—. Solo estoy yo.

—¿Cómo? ¿No lo sabías? Uno nunca camina solo, y menos un travesía tan larga y pesada como esta —me contó—. Sois treinta y un guardianes repartidos por el globo… —hizo una pausa—. Algunos incluso son famosos, ¿te gusta el blues?

—Me da igual, la verdad —le dije.

—Pues es una pena, porque Eric Clapton es un compañero tuyo y después de la trágica muerte de su hijo, también se obsesionó con qué habría tras el Portal… —hizo una pausa—. ¿Quieres despedirte de alguien antes de partir?

—No tengo problemas en cruzarlo, pero no será ese.

El Caminante me miró  y sonrió.

—Sé lo que me vas a pedir, y me parece bien, pero no te será fácil.

—Déjame crear un nuevo Portal, donde puedan vivir en armonía los nuevos y los viejos miembros.

Crearlo no fue lo más complicado. Planteé un sistema circular de portales que eran exactamente iguales a la realidad de los vivos, que se abrían automáticamente al morir, sin necesidad de guardianes, ni de esperas. Al entrar en uno se te borraba la memoria y nacías en el seno de una nueva familia, que te daría el cariño y la formación necesaria para poder vivir otra nueva vida.

Liberar a la gente que se había quedado encerrada en los portales individuales, sin embargo, no era una tarea tan sencilla, pero no descansaré hasta que todos y cada uno puedan reencontrarse con sus familiares, tal y como yo en algún momento haré con Patricia y Verónica. Mis últimos meses se los he dedicado a esta noble tarea y a terminar este manuscrito. En este momento, intuyo, no lo sé y me da igual, que ya habrá mitos, historias y leyendas sobre este mundo y sobre su significado. Es por eso por lo que he querido dejar escrita la verdad, que es esta y no hay otra, por muy dura que pueda ser.

Y si, te lo vuelvo a repetir: estás muerto, pero más vivo que nunca.



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