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–¿Cómo sabes que no te delatará?
–Porque somos almas gemelas y yo nunca la delataría.
–¿Almas gemelas? Pero si tú eres un crío al lado de ella, que es toda una mujer. ¿A ti quién te ha metido en la seseraSesera Sesera: Cabeza. esas boberías?
–Tú.
–¿Yo?, ¿cuándo? –alzó la voz molesto.
–Todas las veces que me has hablado de Altagracia, despierto o en los sueños revueltos de los que despertabas a media noche sudando. Me has contado lo cobarde que fuiste al dejarla allí, abandonada a su suerte, y lo desgraciado que has sido hasta que don Lucas te prometió un pasaje para regresar a Cuba para pedirle perdón de rodillas y que te deje vivir con ella aunque sea como un perrito a su lado. Sé que no te has ido por mí, pero cuando creas que ya puedo volar solo, meterás tus cuatro cosas en una maleta y te marcharás para siempre con Altagracia.
Enmudeció de repente y frenó en seco. Había estirado tanto su largo cuello que temí se fuera a quebrar. Luego metió las manos en los bolsillos de su pantalón, cabeceó un rato y salió de la habitación sin despegar los labios. Ahora sí que estaba seguro de que me iba a ayudar, había dado en el centro de la diana mentándoleMentándole Mentándole: Hablándole de... a Altagracia, había jugado la última carta que tenía bajo mi manga y tuve suerte. Olegario no pudo recriminarmeRecriminarme Recriminarme: Reprocharme. aquella aventura enloquecida porque se vio reflejado en mí, como si se estuviera contemplando en un espejo; había comprendido entonces que nadie, y mucho menos él, es capaz de juzgar los actos incontrolables que se llevan a cabo cuando el animal salvaje que es el amor mueve las palancas del mundo.

CUESTIONARIO



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