JUEGOS ACUÁTICOS
La nueva vecina se instaló en un lugar algo apartado del ranero principal. Contenta con su suerte, se dispuso a convivir, aunque las relaciones anfibiasAnfibias Anfibio: equivale a rana, sapo, etc. no fueron del todo fáciles.
Ranira siempre fue de trato cercano y muy sociable, por eso le apenó comprobar la indiferencia de que fue objeto. Su única amistad era un adorable sapito con el que congenió enseguida y al que llamaba Brinquito por su habilidad para saltar. Gustoso, la acompañaba en sus zambullidaszambullidas Zambullirse: Meterse debajo del agua con ímpetu o de golpe. o en las salidas a explorar en busca de insectos. Al sapito le gustaba estar con su nueva amiga, a la que encontraba encantadora y con un aire tierno que la hacía muy especial.
En la charca se respiraba un ambiente bien organizado en el que todos cumplían su cometido. Ranira deseaba ser útil y hacía todo lo posible por agradar a los demás, así que se ofreció como institutriz de renacuajosRenacuajos Renacuajo: Cría o larva de un anfibio, especialmente la de la rana., pero ninguna pareja le confió a sus crías. Lo intentó también con un centro para mayores y tampoco dio resultado.
Le dolían los desairesDesaires Desaires: Desprecios. de que era objeto sin merecerlo y solo esperaba que aquella situación cambiara tarde o temprano. Mientras, procuraba salvar las dificultades día a día.
A pesar de sentirse desilusionada, no quiso aislarse. Procuró no darle importancia. Sabía que sería cuestión de tiempo y, sobre todo, de paciencia. Era muy responsable y se esforzó mucho por ganarse el derecho a vivir de su trabajo.
La oportunidad le llegó cuando el Comité de Deportes convocó los X Juegos Acuáticos con gran éxito de participación.
El equipo de atletismo, compuesto por hábiles anfibios saltarines, realizó piruetas y acrobacias magistrales desde rampas, piedras, troncos caídos… Incluso hicieron saltos mortales desde los arbustos que crecían en los alrededores, usados como trampolines. Planeaban en el aire y caían en picado sobre las tranquilas aguas con gran agilidad y destreza.
Brinquito se lució en las pruebas y se alzó con el trofeo al mejor saltador de la temporada.
En las improvisadas gradas de algunas ramas o montículos cercanos, los entusiastas espectadores croaban al unísono hinchando sus sacos vocales. En coordinados balanceos, hacían la ola sobre las hojas para animar a los campeones. Los espectadores alados, tanto aves como insectos, gozaron del espectáculo deportivo, que visto desde lo alto se apreciaba mejor.
También se realizaron pruebas de velocidad, competiciones de natación sincronizada, apneaApnea Apnea: Prueba deportiva en que se mide la capacidad de estar bajo el agua o la profundidad a que se puede bajar en el agua a pulmón libre., buceo, carrera de relevos y hasta un reñido partido de waterpolo, usando los jugadores una semillita redonda que les servía de balón.
A pesar de las estrictas medidas de seguridad, muchos sufrieron esguincesEsguinces Esguince: Torcedura o distensión violenta de una articulación que puede ir acompañada de la ruptura de un ligamento o de las fibras musculares., roturas de ancas y magulladuras varias durante las jornadas.
Ranira enseguida se prestó voluntaria y puso en práctica sus conocimientos de enfermería y primeros auxilios, cuidando con dulzura a los afectados que hacían cola para ser atendidos.
Esto dio pie a que más adelante se decidiera a montar un centro de fisioterapiaFisioterapia Fisioterapia: método curativo a través de medios naturales (agua, luz, electricidad), o mecánicos, como el masaje o la gimnasia.. Luego vendrían los masajes relajantes y las sesiones de yoga, aeróbic y aquagymAquagym Aquagym: Gimnasia acuática., actividades muy concurridas que causaron gran entusiasmo entre los anfibios más dinámicos.
Sapirón fue atendido de una grave y antigua lesión que le impedía participar en eventos deportivos y agradeció a Ranira su especial atención y los cuidados que le dedicó para que su recuperación fuera completa.
Por fin Ranira se sintió feliz. Parecía que todo iba bien. Empezaba a ser aceptada y valorada por sus congéneres, incluido Sapirón, al que ya no le importaban su aspecto ni su color porque había descubierto en ella a una excelente amiga, generosa y sensible, a la que le había cogido mucho cariño.
Ranira ya había olvidado sus desplantes y a menudo charlaban en la orilla de la charca o paseaban entre la hierba contándose sus cosas. Entre ellos nació una bonita amistad que duraría siempre.