LA ALPISPAAlpispa Alpispa: Pájaro de unos 18 centímetros de longitud, que tiene las partes superiores de color gris azulado, y amarillos el pecho y el vientre.
Una constante en la charca eran los baños diarios de una alpispa, alocada lavandera de patas saltimbanquisSaltimbanquis Saltimbanqui: Persona que realiza saltos y ejercicios acrobáticos , generalmente en espectáculos al aire libre . y deslenguado pico, que siempre andaba fisgoneandoFisgoneando Fisgonear: Husmear en los asuntos ajenos por costumbre. cerca del agua, quedándose con toda la movida ranil. Reina del cotilleo, se pasaba el día vigilando, contando chismes y rumoreando habladuríasHabladurías Habladuría: Comentario sin fundamento que circula entre la gente, generalmente de carácter negativo o chismoso..
Un día, mientras se acicalabaAcicalaba Acicalar es un verbo que puede emplearse para aludir a la acción de pulir, limar, lijar, suavizar o perfeccionar algo el plumaje, entabló conversación con Ranira con el único propósito de sonsacarle algo.
—¡Oye, tú, la nueva! Dicen por ahí que nunca hablas de tu pasado, ¿no será que tienes algo que ocultar? —le preguntó sin rodeos.
—¡Hola! —respondió Ranira deseosa de hacer nuevas amistades.
—¿Vas a quedarte mucho tiempo? —siguió hurgando la avecilla colilarga.
Y Ranira, que era muy confiada, se sinceró con la astuta alpispa contándole que en realidad le gustaría quedarse para siempre.
—¿Para siempre? —gritó alarmada la alpispa—. ¡¿Para siempre?!
—Sí, para siempre, porque estoy encantada en mi nuevo hogar.
—¿Encantada? ¿Has dicho encantada? ¡Oh, sí! Una princesa encantada. Y seguro que también sueñas con ser liberada por un príncipe enamorado que te llevará al lejano castillo de su maravilloso país, ¿no?
—¡Nooooo, yo no he dicho eso! —contestó Ranira—. Quiero decir que me encuentro bien y estoy encantada de estar aquí.
La entrometida alpispa revoloteó faltona a su alrededor. Luego agitó la cola frenéticamente sin parar de saltar y reír.
—¡Ja, ja, jaaa, una princesa encantada que espera ser rescatada! ¡No seas tonta, vil batracioBatracio Batracio: sinónimo de rana.! ¿Acaso vas a hacerme creer esa absurda y anticuada historia infantil?
—¡No soy una princesa ni quiero serlo! Tampoco quiero que nadie me rescate. ¡Y no grites que te van a oír! —suplicó contrariada Ranira mientras la alpispa seguía con su impertinente cantinelaCantinela Cantinela: Cosa que se repite con una insistencia que resulta molesta e inoportuna, especialmente un sonido o lo dicho por alguien..
—¿Querías guardarte el secreto, eh? ¡Princesa encantada…! ¡Será ilusa!
—Shhh, calla, por favor, no digas eso, que no es verdad. Yo no guardo ningún secreto.
Pero la cotillaCotilla Cotilla: Que le gusta hablar de los demás. alpispa, lejos de escucharla, con un rápido batir de alas emprendió el vuelo. Unos segundos después, satisfecha, se posó en la otra orilla.
—¡Traigo noticias frescaaas! —pregonó con apresurados aleteos la desconsiderada correveidileCorreveidile Correveidile: Persona que le gusta ir contando cosas de otras..
—¡Atencióóón, escuchen todos! ¡La nueva dice que es una princesa encantada! ¡Noticias frescaaas!
Al momento, se formó un corrillo bullangueroBullanguero Bullanguero: [persona] Que gusta mucho de fiestas y sitios animados donde hay mucha gente. que cuchicheó largo y tendido sobre el asunto, y de nuevo Ranira se sintió observada por aquellos ojillos saltones que la acusaban.
Lloró desconsoladamente, dolida por unos comentarios que la llenaron de tristeza y la avergonzaron. En ese instante se convirtió, sin poderlo remediar, en el hazmerreírHazmerreír Hazmerreír: Persona que provoca la risa o la burla de los demás debido a su aspecto o a su comportamiento ridículo. de todo el que se acercaba a las inmediaciones de la charca por tierra o aire.
Ranira se sintió desolada, triste. Por suerte tenía cerca a su amigo Brinquito, quien le brindó su apoyo en todo momento y comprendió su disgusto.
—Sinceramente, pienso que por tu especial estilo natatorio y tus modales tan refinados no tienes nada que envidiar a una verdadera princesa —le dijo para animarla.
También Sapirón estuvo a su lado. Le ofreció su ayuda, se preocupó por ella y le dio un sabio consejo:
—Escucha bien —le advirtió refiriéndose a los que la molestaban con sus cuchicheos—, ¡en adelante, a quien mucho quiera saber, dile poco y al revés!